En el ámbito del desempeño laboral, cobra especial relevancia la integridad de las personas como una competencia profesional. Se trata de un valor en alza, un valor a destacar, si de verdad se quiere recuperar la honestidad y la honradez en el comportamiento de las personas, tanto a nivel privado como público.
Integridad significa completo, sin fisuras, sin doble cara, se actúa por deber no por conveniencia. En una sociedad donde se pierden los valores y crece la desconfianza, la integridad es un desafío permanente en la vida personal, en la actividad profesional, en la empresa, la familia y la sociedad en general.
Actuar éticamente está muy por encima del simple cumplimiento de códigos, leyes y normas; lo importante es el comportamiento y actitud personal, buscando siempre la coherencia entre lo que se hace y las convicciones y principios.
En este curso desarrollaremos las competencias personales para potenciar la integridad en el puesto de trabajo y también se darán las pautas para configurar un código de conducta propio que sea la base de las actuaciones en cualquier organización.
¡Nunca dejes de aprender!